HISTORIA DE NUESTRO COLEGIO

Estimado lector, visitante o familiar de nuestra Comunidad Educativa:

En esta página podrás encontrar una breve historia de nuestro colegio en la ciudad de Alicante.

Si deseas conocer más detalladamente nuestra historia viva en esta ciudad,

te invitamos a que visites nuestra enciclopedia virtual de MARISTASPEDIA ALICANTE.

   «Hace mucho tiempo...» ¿Otra historia?... Querido lector, es muy posible que te interrogues con ésta y otras preguntas similares, si tienes a bien decidirte a leer estas páginas que sólo pretenden darte a conocer el origen y posterior trayectoria del Colegio Marista en Alicante. Son muchos, hermanos, profesores, alumnos, antiguos alumnos, padres y amigos en general, los que día a día, año tras año, han ido escribiendo la historia del colegio.

   Hace más de cien los años que el Colegio Marista viene desarrollando su labor docente y educativa desde aquel lejano 1907, año en que comenzaron en nuestra ciudad. Es la historia de tu colegio. Es la historia de los alumnos de hoy y de los que lo fueron «ayer». Es la historia que directa o indirectamente tiene que ver con no pocas familias alicantinas. En definitiva, es nuestra historia. Sirvan estas «páginas» de gratitud y homenaje a todos los que nos precedieron y de estímulo a los que en estos momentos continúan la obra que ellos iniciaron.

   1907: ha llovido mucho desde entonces, y, sin embargo, esta fecha sigue con vigencia en la historia colegial, pues supone ni más ni menos que el nacimiento del Colegio Marista en Alicante. En este año llegan los primeros maristas y fundan lo que sería el primer colegio. Son muy pocos los datos o documentos que se conservan y que permitan conocer aspectos concretos de este primer colegio. Sólo algunas noticias periodísticas recogidas en la prensa local nos ayudan a conocer los inicios de la actividad docente marista en la ciudad.

   La primera noticia de su llegada la entresacamos del periódico local «La Voz de Alicante» que, con fecha 6 de septiembre, entre otras noticias, dice: «Una comisión de Hermanos Maristas, que tratan de fundar un Colegio en esta capital, han visitado esta mañana al Alcalde». El reverendo don Manuel Galbis, sacerdote y canónigo de la colegiata de San Nicolás, fue la persona que hizo los trámites necesarios ante el señor obispo, Dr. don Juan Maura Gelabert, y ante el señor alcalde de la ciudad, don Manuel Cortés de Miras, para que los maristas consiguieran la autorización para la apertura de un centro educativo. Alicante, por aquel entonces, era una ciudad que tenía 52.000 habitantes.

  En los primeros meses, mientras se acondicionaba un local, los Hermanos tuvieron generosa acogida en el domicilio de D. Juan Sansano. En octubre de 1907, llegan los cuatro primeros maristas. Poco a poco y conforme se acerca el comienzo del curso escolar 1907-1908, en el citado periódico local, desde el 13 de septiembre hasta el 5 de octubre, aparecerá con machacona repetición el anuncio de inauguración del Colegio Marista: "Colegio Sagrado Corazón de Jesús, dirigido por los Maristas de la Enseñanza, calle Mayor número 65. 1ª Enseñanza en sus tres grados: Párvulos, Elemental y Superior, preparación a examen de ingreso en la 2ª Enseñanza. Apertura del Colegio, el 1 de octubre próximo. La matrícula quedará abierta el día 15 del actual, de 9 a 12 horas de la mañana, y de 5 a 7 de la tarde. Este Colegio admite sólo alumnos externos, recomendados o vigilados y medio pensionistas». La ubicación primera fue en la calle Villavieja, esquina con la calle Maldonado, cerca de la parroquia de Santa María".

  De aquel primitivo edificio hoy no se conserva nada. Indudablemente sería un recinto de limitadas posibilidades. Los fundadores fueron los Hermanos Benilde (director), María Lorenzo, Millán y Fructuoso. Comenzaron con apenas 25 alumnos. Sin embargo, antes de transcurrir un año la matrícula escolar se situaba alrededor de los 150 alumnos.

   1910. Habían pasado tres años desde que los Maristas iniciaran sus actividades académicas en Alicante, y ya el primitivo Colegio de la Calle Villavieja se quedaba pequeño. Era necesario buscar un local nuevo. El alumnado había pasado de los apenas veinticinco a los doscientos alumnos. Se necesitaba un colegio más capaz.

   El lugar sería el inmueble situado en el número 41 de la Avenida Méndez Núñez, la Rambla. Este edificio, poco acondicionado para las actividades docentes, era una casa con bajo, tres pisos y almacén, cuya entrada daba a la vecina calle Bailén. La base del mismo era un rectángulo de 15'25 metros de fachada por 35'08 de fondo.

   La adquisición del inmueble se firma en 1924, se pagaron a su antiguo propietario D. Leopoldo Leach y Lausset, 160.000 pesetas, cantidad importante en aquella época. Estaba ubicado entre el convento de las monjas Capuchinas y las oficinas de Telégrafos. El solar que ocupó el antiguo Colegio de la Rambla ha sido durante muchos años el Banco de España.

   El antiguo inmueble que albergó durante varios años al Colegio Marista, era una construcción clásica, con muros de sillería, posiblemente perteneciente en otros tiempos a alguna personalidad destacada de Alicante, pues la casa disponía de amplias cocheras, que luego sirvieron de patios de juegos y recreo a los alumnos. D. José Rodríguez, antiguo alumno, que inició sus estudios primarios en este edificio, recuerda que en 1915 el patio estaba pavimentado con grandes losas resbaladizas que provocaban no pocas caídas y accidentes. Estaba situada en la parte baja del edificio.

   Otro alumno, D. José Carrillo Pastor, que estudió en este centro desde septiembre de 1925 a mayo de 1931, describe su antiguo Colegio de esta manera: «Estaba situado en la Rambla. Era un caserón de tres pisos. En la entrada estaba la imagen del Sagrado Corazón y dos litografías de la Virgen y San José. En la primera planta se ubicaba la capilla, comedor de internos (medio-pensionistas) y un pequeño gabinete de Física y Química. En el tercer piso, además de las aulas, estaban las dependencias de los Hermanos. Por una escalera se bajaba al patio, que no era otro que los bajos del edificio, las antiguas cocheras.».

 

  El Colegio Marista, en esta segunda ubicación, de las varias que ha tenido en la ciudad alicantina, siguió ampliando la matrícula escolar pasando, en poco tiempo, de los 250 alumnos censados en el año 1912 a superar los 400 en la década de los veinte. Se distribuían en once aulas, en las que se impartía enseñanzas de Primaría, clases de Comercio y preparación para Bachillerato. En la Dirección del Centro se fueron sucediendo Hermanos, como Benilde, que ya había sido director en Villavieja y que estuvo en este cargo hasta 1912; Fausto, director en el período 1912-19; Benilde, otra vez, 1919-25; María Lorenzo de 1925-30 y Fausto, de 1930-31.

   La proclamación de la República y los incidentes que se sucedieron van a ser causa del cierre del Colegio durante unos años. No es difícil encontrarse en nuestros días con antiguos alumnos de los años que el Colegio se localizaba en la Rambla. Entre los recuerdos que aún les quedan, después del paso de tanto tiempo, entresacamos algunos como los siguientes: La Comunidad Marista la integraban doce Hermanos; las ceremonias de la Primera Comunión se realizaban en la cercana iglesia de Santa María, uno de los edificios más artísticos de la ciudad; entre el material escolar usado por aquel entonces destacaba, la pluma, el tintero y bancos comunes.

 

 Hay quien recuerda que como libro de lectura se usaba un clásico de nuestra literatura, El Quijote. Entre los usos o tradiciones de la pedagogía Marista hay que hacer mención especial del «babi o uniforme», especie de bata de rayado azulado del que destacaba el emblema o anagrama de la «H» y «M» bordadas en blanco; la división del aula en dos campos o equipos, «Romanos y Cartagineses», con las consiguientes rivalidades o «luchas» como medio para incentivar el trabajo y la aplicación, ya que el campo vencedor tenía como premio una tarde libre o de paseo; los «émulos» o sistema de premios a través de puntos positivos con sus correspondientes premios, fruto del esfuerzo y aplicación del alumno.

   Fue en el año 1926 cuando se procedió a la entronización del Sagrado Corazón de Jesús, patrono del Colegio. Desde que se iniciaron las primeras actividades docentes dirigidas por Maristas en nuestra ciudad de Alicante, el Colegio ha llevado esta denominación y así se ha conservado en la documentación, en el escudo y en la presidencia de la Capilla colegial. De los años de actividad realizada en la Rambla, son muy pocos los documentos que se conservan, pues los archivos fueron destruidos durante el saqueo a que fue sometido el edificio en los primeros días de la proclamación de la República.

   El Colegio fue incendiado en la noche del 11 de mayo de 1931. Mobiliario, documentos, enseres colegiales son arrojados a la vía pública y quemados, lo mismo que la estatua-imagen del Sagrado Corazón, entronizada unos años antes.

   Desde la proclamación de la República hasta finalizar la Guerra Civil, la historia Marista en Alicante pasa por duros trances, que van desde el saqueo e incendio de las dependencias colegiales, la expropiación del edificio y del solar, hasta la salida de la ciudad de los hermanos que, con su Director, el H. Fausto, se trasladan a Murcia. El 12 de Mayo de 1931, tras el saqueo y quema del Colegio de la Rambla, cesó oficialmente la actividad Marista en nuestra ciudad.

   El 17 de Febrero de 1933, después de los sucesos ocurridos dos años antes, el Ayuntamiento, aduciendo necesidad de reformas urbanísticas, firma un Decreto de expropiación forzosa del solar. La tasa de expropiación se fija en 100.000 ptas. La superficie del solar era de 518'70 metros cuadrados y a él se podía acceder desde dos calles, Méndez Núñez y Bailén. La expropiación forzosa y la infravaloración acarreó como consecuencia un largo proceso contra la decisión administrativa que termina con el fallo y sentencia judicial de 11 de Julio del año 1942, en la que se revoca la decisión administrativa y se fija la indemnización en 135.180 ptas. El mismo Ayuntamiento, dos años más tarde de la expropiación, vendió parte del solar expropiado a un precio muy superior al que él mismo pagó en la indemnización. La venta se llegó a realizar a 400 Ptas. el metro cuadrado.

   A pesar de todos estos acontecimientos, nada fáciles ni agradables por otra parte, la actividad Marista en Alicante va a continuar bajo la estructura y nombre de: "Escuela Primaria Luis Vives". El 15 de Octubre de 1934, se concede licencia administrativa y de apertura al nuevo centro escolar. Se ubica en la calle San Indefonso, nº 9, primer piso. D. Antonio Martí Beneito es el encargado de ultimar los trámites y permisos de apertura, a la vez que figura en la nómina de profesores como Director de la escuela. Pronto llegan algunos Maristas, como los Hermanos Aurelio Linaje, Segundo y Nicolás Clemente, que se hacen cargo de la actividad docente y escolar, aunque actuando de forma oculta y velada.

   

   Con el levantamiento militar de Julio de 1936, la suerte de estos tres Maristas va a ser diversa: El hermano Aurelio Linaje logra refugiarse en el      Consulado argentino, pasando en él los años de guerra; el hermano Segundo pudo huir a Italia; el hermano Nicolás Clemente fue encarcelado y D. Antonio Marti Beneito, Director, huyó a San Vicente del Raspeig. Merece que llegados a este momento de la historia no olvidemos mencionar, entre los bienhechores más insignes de los Maristas durante aquellos amargos momentos de la guerra, a la familia de D. Germán Oliver Biosca, Fueron años muy duros y difíciles. Aparentemente, la actividad del Colegio Marista y la labor de veinticinco años de trabajo y esfuerzo en Alicante, parecían haber desaparecido ante el empuje de los acontecimientos históricos. A pesar de todo, el tiempo, el esfuerzo de no pocos hermanos, profesores, Antiguos Alumnos y numerosos amigos, se han encargado de demostrar todo lo contrario.

   Con la paz nacional restablecida, los locales colegiales necesitan encontrar nueva ubicación. El nuevo emplazamiento será el tercero que el Colegio Marista ha tenido en nuestra ciudad. Paseo de Gadea o Colegio Marista en locales de alquiler.

 

  Terminado el período más difícil de la Historia Marista en Alicante, los años de la República y de la Guerra Civil, un nuevo capítulo se inicia a partir de Diciembre de 1936. Los Hermanos vuelven a establecerse definitivamente en Alicante, superando así los duros momentos vividos durante los cuales habían podido comprobar cómo en tan poco tiempo, las circunstancias y los acontecimientos históricos habían acabado con el trabajo y esfuerzo de 30 años de actividad en Alicante. La búsqueda de nuevos locales que reunieran las mínimas condiciones para la enseñanza finalizan con el alquiler de unos bajos y primer piso del inmueble nº6 del Paseo Gadea. Pronto, consecuencia del aumento de alumnado, habrá necesidad de ampliarlos.

 

   Se alquilan otros bajos y el tercer piso (éste para residencia de la Comunidad) del inmueble adyacente, el nº 8. De esta manera y tras algunas adaptaciones, se consigue crear espacio suficiente para 10 aulas además de un pequeño patio interior cuya única vegetación era una palmera. La matrícula del Colegio por estos años se acercará a los 400 alumnos.

   Quedan, por otra parte, muy lejanas las mensualidades que abonaban los alumnos, que solían oscilar entre las 30 y 50 ptas. La penuria de medios y espacios contrastaba con el espíritu y entrega de los educadores Maristas. El patio era tan reducido que con regularidad el recreo se solía tomar en el cercano Parque de Canalejas, con los consiguientes inconvenientes que esto suponía: peligro del tren, caída de balones al puerto, etc.

   En Marzo de 1941, llega el reconocimiento oficial del Colegio "Sagrado Corazón". Se organizó progresivamente la Enseñanza Media, pues la Primaria ya funcionaba con regularidad. Primeramente fue Director el H. Dalmacio y, en el año 1945, le sustituye el H. Eugenio Apolinar, quien hubo de alquilar otro pequeño local en la calle Teniente Robles. Al año siguiente, y en sustitución del local anterior, se alquilan nuevos bajos de un inmueble de reciente construcción en la calle Ángel Lozano, ubicándose en él cuatro nuevas clases destinadas a alumnos de Bachillerato. Serán las aulas de la Montañeta. En toda esta serie de locales alquilados, la actividad docente se alternará con la catequética, centrada en los movimientos juveniles de matiz y orientación religiosa: Acción Católica, Santa Infancia, Jueves Eucarísticos.

   Por esta época, el 6 de Mayo de 1945, se funda la Asociación de Antiguos Alumnos (ADEMAR) y con la firma del Acta de fundación quedan inscritos los 250 socios fundadores.

   En Agosto de 1946, a los casi 40 años de la llegada de los Maristas a la ciudad, cuando se adquiere un amplio solar de 7.000 metros cuadrados, en la calle General Mola y frente al Palacio de la Diputación. Por muchos años y para muchos alicantinos este sitio será el popularmente conocido como «Mola, 5». Desde estos momentos, una nueva etapa se abre en la Historia Marista y del Colegio

1ªPARTE

   «La tendencia arquitectónica actual se basa en el estudio depurado de las proporciones, enriquecido por la difícil gracia del movimiento de masas geométricas dirigidas hacia el camino de lo abstracto. El Colegio de los Hermanos Maristas es un modelo de arquitectura funcional. Todo allí responde a un orden práctico». Con esas palabras, publicadas en el diario «Información» en fecha de 13 de enero de 1957, el arquitecto don Francisco Armengot definía y caracterizaba el nuevo edificio destinado para Colegio. Todo un elogio al diseño y construcción de un edificio escolar que durante más de 30 años ha estado prestando sus servicios para el fin con que fue concebido: la actividad docente.

   Desde 1946, se disponía de un amplio solar, de forma rectangular y con una superficie de 7.000 metros cuadrados, enmarcado por cuatro calles: Mola, O'Donnell, Lacy y Pintor Cabrera. Este solar se ubicaba frente a la Diputación Provincial, a unos 15 metros de altitud sobre el nivel de mar. En el inmueble correspondiente, por estas fechas, se encontraban las dependencias de la Policía Nacional. En octubre de 1951, tras largos trámites y viajes a Madrid, se consigue el traslado de las dependencias policiales, y, en el pabellón que venían ocupando, se acondicionan varias aulas para acoger a los alumnos que aún quedaban en la «Montañeta». Unos meses después, se inician las obras del pabellón central, bajo la dirección y diseño del arquitecto alicantino don Miguel López y el constructor don Manuel Espuch Canet.

   El pabellón central tenía una longitud de 80 metros de largo por 9 de ancho. En él se ubicaban las aulas, a las cuales se accedía por una galería. La construcción obedecía a una línea arquitectónica de máxima sencillez y de gran funcionalidad estética. El nuevo Colegio se concibe en planta rectangular, desarrollado en forma de galerías de claustro alrededor de un patio central de 60 por 30 metros. En la parte sur de la construcción quedaba un espacio mayor destinado también a zona de recreo y ocio. Será el llamado «Patio Sur». Perpendicular al pabellón central y ocupando uno de los lados del patio interior, se levantó otro cuerpo de edificio, con fachada a la calle O'Donnell, en el que se situarán el salón de actos (en los años 60 esta zona pasa a ser gimnasio) y dependencias de la Comunidad.

   Ambas construcciones se realizarán a buen ritmo, ya que en el mes de octubre de 1952 tuvo lugar la inauguración del nuevo Colegio en su primera fase. Se habían terminado 16 aulas, el salón, patios, vivienda de la Comunidad, dependencias de comedor, cocina y otras más.

A los casi 50 años de la llegada de los Maristas a la ciudad y después de varios traslados, el Colegio había encontrado su ubicación definitiva, que le permitía desarrollar la actividad docente con mejores medios. Atrás quedaban los nombres de Villavieja, Rambla, San Ildefonso, Gadea y Montañeta, en los que se había desarrollado la gran labor educativa-evangelizadora del Colegio de los Maristas en Alicante. En el patio central tuvo lugar la ceremonia de bendición e inauguración de nuevas instalaciones. El Hno. Aurelio Linaje, en representación de la Institución Marista, hizo ofrecimiento a la Iglesia, España y Alicante del nuevo Centro Escolar.

   Con motivo de la inauguración de estas instalaciones, se compuso el Himno colegial, obra del señor Valdés. Años más tarde se diseñaría el escudo del Colegio. Con el nuevo Centro, la matrícula escolar aumentó progresivamente, cifrándose en 578 alumnos en el Curso Escolar 1952-53. Quedaba, sin embargo, mucho que hacer, antes de que el nuevo Colegio quedase terminado. Años más tarde, y en etapas sucesivas, se irán completando las instalaciones colegiales con la construcción de dos pabellones, uno paralelo a la calle Lacy (futura capilla) y segundo en Mola, que pasará a ser la fachada del Colegio. Son dos etapas más por las que tendrá que pasar el recinto colegial de Mola, 5.

 

2ª PARTE

   El 4 de enero de 1955 se consigue autorización para continuar las obras colegiales, en su 2ª fase, con la construcción de la capilla, situada paralelamente a la Calle Gral Lacy, y en posición perpendicular al pabellón central y cuatro aulas más. A comienzos del mes siguiente, se pone la 1ª piedra al tiempo que se inicia una campaña colegial entre los alumnos invitando a la participación personal en las obras mediante la donación o abono de una «loseta» de mármol blanco para pavimentar el suelo de la nueva Iglesia. La «loseta» de 40 x 40 cm. se sufragaba al coste de 40 pesetas por unidad. El nº 8 de la Revista Maristas de diciembre de 1956 recoge el nombre de la interminable lista de colaboradores en esta original campaña. 

   La capilla será de estilo neorrománico pero de gran sencillez y elegancia. En ella van a trabajar, aportando lo mejor de su saber y arte, el arquitecto D. Miguel López y el artista alicantino Gastón Castelló, que decora el ábside semiesférico. El Hno. Daniel Félix les asesora litúrgicamente y diseña la colección de vidrieras sobre la vida de Marcelino Champagnat, Fundador de los Maristas. El 23 de diciembre de 1956 se bendice e inaugura la iglesia. Con tal motivo D. Francisco Armengol, en el artículo «LA NUEVA CAPILLA DE LOS HERMANOS MARISTAS, MODELO DE SENCILLEZ» (Diario Información del 13-1-1957) describe esta nueva obra colegial con las siguientes palabras: Nos encontramos, pues, con una iglesia rectangular, limpia, alegre, sencilla y extraordinariamente luminosa.

   Los muros laterates -uno recayente al patio y el otro a la calle- han sido casi vaciados por una serie de ventanales amplios, de dintel en arco de medio punto, que dejan pasar la luz a través de vidrieras policromadas. En ellas se representan ordenadamente los episodios más destacados de la vida del Beato Marcelino Champagnat, fundador de la Institución Marista. Estas vidrieras son un verdadero acierto de colorido. Las figuras poseen un color delicioso, sobre todo los amarillos cadmio que, en la Virgen Patrona, adquieren la calidad de oro viejo pulido. Un acierto y una sorpresa para el espectado, lo constituye el techo de la capilla. Se ha respetado en él el entramado de las vigas. Las bovedillas arqueadas se han decorado con rosetones románicos de color siena claro y blanco, tan entonados que, a pesar de la poca altura del techo y del aparente abuso del motivo, esta cubierta ondulada pierde todo su peso, se eleva y queda convertida en un levísimo encaje. Los paramentos laterales y el intradós del arco frontal han sido pintados de verde claro, con lo que se ha conseguido crear en el recinto un clima de sana alegría que modela, en el alma del niño, el goce inefable de los primeros pasos hacia la tierna verdad espiritual.

En el presbiterio abovedado, la figura de Cristo, magníficamente resuelta, está situada sobre un panel de oro estofado y, a su alrededor, un grupo de siete niños santos recibe los dones de su Divina Gracia. El Sagrario, rematado por una concha de mármol, es de metal y esmalte. El crucifijo románico es una maravillosa obra de artesanía religiosa y todo el frontispicio curvo del altar está envuelto en un candoroso paisaje. La capilla inaugurada es un modelo de sencillez.

  Cuando en una obra arquitectónica se acusa con inteligencia la estructura de los elementos y se saben conjugar la proporción, la forma y el color, el acorde de aciertos produce una sensación de serenidad estética que nos conduce al recreo espiritual que toda obra de arte lleva consigo. De esta manera, con la construcción e inauguración de la iglesia colegial y las cuatro aulas que sobre ella se levantaron a un tiempo (aulas durante muchos años destinadas a los alumnos de 6º EGB), finaliza la segunda fase en la construcción del Colegio Marista en Mola 5. Poco a poco, y desde este momento, el Centro se irá dotando de nuevas instalaciones escolares y deportivas, amplias y funcionales, que potenciarán mejor la actividad docente.

 

   Con estas instalaciones pronto quedarán olvidadas, aquellas otras, primitivas y provisionales, que se ubicaron en diversos lugares de la ciudad: C/. Villavieja (1907 - 1910); Rambla Méndez Núñez (1910 - 1932) y Avenida de Gadea y Montañeta (1939 - 1952).

 

 

3ª PARTE

   El modelo arquitectónico seguido en la construcción de las diversas dependencias colegiales contrastaba sensiblemente con la fachada situada frente a la Diputación Provincial, que seguían siendo los antiguos locales en los que se ubicó durante largos años la Policía Armada. Se imponía, dentro de la sobriedad y funcionalidad de la línea arquitectónica general, completar la zona que luego se convertirá en fachada principal. Superadas no pocas dificultades, se decide completar el Colegio con la construcción de una nueva fachada, de línea sobria pero elegante y modernista. El 27 de Septiembre de 1963 se inician estas obras, consistentes en el derribo del antiestético barracón ubicado en la calle C/ Gral Mola, levantándose en su lugar el cuarto cuerpo, compuesto por una planta baja y tres alturas. El día 19 de Marzo de 1966 tuvo lugar la ceremonia de bendición e inauguración del pabellón Norte, lo que sería la fachada principal del Colegio (Años 1966-85).

 

   En la planta baja se situaba un amplío vestíbulo, testigo mudo de grandes acontecimientos colegiales, el salón de actos, direcciones, secretaría, administración y demás despachos. El primer piso quedaba ocupado por el anfiteatro del salón, la biblioteca y los laboratorios. La segunda planta constaba de una gran sala polivalente, seis aulas, comedor y dependencias afines. El último piso se destinó a las dependencias privadas de la Comunidad.

   El estudio depurado de proporciones y la repetición de formas creaban un recinto colegial amplio, originando un espacio central, a modo de claustro, en cuya parte inferior se situó el patio principal (patio norte) más tarde transformado en pista polideportiva. Este patio central, enmarcado por una doble galería de vanos neorrománicos, se convirtió, durante muchos años. en centro y eje de la actividad extraescolar y deportiva del Colegio, además de ser el aglutinante del diario acontecer colegial.

 

   Paralelamente a la construcción del ala norte (fachada principal) se remodelaron el gimnasio y vestuarios, que ocuparon los espacios de la antigua capilla y salón, además de tres nuevas aulas utilizadas a lo largo de varios años por los alumnos de 1º de BUP. No van a terminar aquí las obras y ampliaciones del Colegio, pues en el 1972, habían pasado 20 años (1952 - 1972) desde que se iniciaron las actividades escolares en este Colegio, sobre la terraza del pabellón central se vuelve a levantar un piso más, ubicándose en él 8 aulas que serán ocupadas, desde este momento, por los más pequeños del Colegio. La matrícula por estas fechas, superaba los 1.500 alumnos. Se habían aprovechado al máximo los locales disponibles a base de sucesivas adaptaciones.

 

   Todo parecía indicar que era éste el sitio definitivo del Colegio Marista en Alicante o, al menos, no se podía prever por entonces una nueva ubicación. Sin embargo, finalizanda ya la década de los años 70, se empieza a plantear la necesidad de nuevos espacios y, en consecuencia, de nuevas instalaciones, a fin de hacer frente al cercano reto de una enseñanza adecuada al final de siglo. Por estos años se van a dar los primeros pasos de un largo y difícil recorrido, que culminará con la construcción del nuevo Colegio en el Polígono de San Blas. Lo cierto es que por las aulas de Mola, 5 han desfilado miles de alicantinos, que hoy recuerdan y añoran con nostalgia los años que pasaron en el Colegio, con todo un grandísimo bagaje de gratos recuerdos y sanas e inolvidables vivencias.

 

 

GESTIONES PARA TRASLADAR EL
COLEGIO DE MOLA, 5 AL POLÍGONO DE SAN BLAS

    Con antelación a que en abril de 1977 se organizara un concurso restringido entre arquitectos, Antiguos Alumnos, para el diseño de «un nuevo Colegio Marista» en Alicante, los responsables del Instituto Marista de Levante llevaban ya cinco años de gestiones en busca de un cambio que, por una parte se veía necesario, y, por otra, lleno de dificultades.

   Las relaciones directas con las autoridades locales y la Administración educativa se inician el 15 de julio de 1976. Se intenta tener una cierta seguridad con relación a las autorizaciones necesarias de parte del Ayuntamiento para las licencias, y del Ministerio de Educación y Ciencia para las homologaciones del Centro en su nueva sede.

   Encontrar el terreno idóneo y efectuar su compra fue lo más fácil y sencillo. Porque, gracias a Dios, nos encontramos con Doña Victoria LA PORTA CARBONELL, propietaria de unos terrenos en su finca llamada de RABASA, a quien desde un principio gustó la idea. El día 3 de enero de 1979 se suscribió con ella la opción de compra de una parcela de 69.251 metros cuadrados, incluida en la Zona Especial «Y» del Polígono II del Plan General de Ordenación Urbana del Ayuntamiento de Alicante.

   El 9 de julio del mismo año 1979, el Notario de Alicante D. Pedro Jesús Azurza otorgó escritura pública de la compra-venta de dicho terreno. Sin pérdida de fechas, se acometieron, simultáneamente, la preparación definitiva del proyecto de las obras para un nuevo Colegio, por el Arquitecto de Angel Fernández Fernández, ganador del concurso anteriormente citado, y del proyecto de obras del Plan Parcial del Polígono II en San Blas. Las obras del Plan Parcial se adjudicaron a la Empresa «Dragados y Construcciones», S. A. por la Junta de Compensación formada por Doña Victoria Laporta y por los Hermanos Maristas. Casi a partes iguales por ambos, fueron financiadas las obras de la Avenida, con sus instalaciones, desagües, teléfono, alumbrado, aceras, etc. 

 

   El día 11 de diciembre de 1981 comenzaban las obras y el 20 de mayo de 1983 fueron entregadas oficialmente al Ayuntamiento de Alicante, si bien a finales de 1982 habían quedado ultimadas. Como curiosidad diremos que el 11 de diciembre de 1981 se pidió al Ayuntamiento de Alicante se dignara poner a la avenida el nombre de «Beato Marcelino» o de «Los Hermanos Maristas». Ante el silencio prolongado, se reiteró la petición, el 29 de septiembre de 1984. La respuesta llegó oficialmente el 17 de septiembre de 1985, dándole el nombre de «Avda. Isla de Corfú».

   Los primeros días de febrero de 1982 la Empresa «LAING», S. A. comenzó el movimiento de tierras en el solar, para disponer en planos prefijados la base del nuevo Colegio y los campos deportivos, jardines, etc. Se trasplantaron los 200 olivos para recolocarlos, en su momento, como elemento vivo de los jardines. También «Laing», S. A. realizó el trabajo del vallado de muy cerca de 1.000 metros del perímetro de la finca, 350 en la Avda., y el resto en los tres lados restantes de la propiedad, de forma muy próxima a un rectángulo. La labor de «Laing» tuvo que prolongarse por exigencias del Ministerio de Educación y Ciencia quien, a través del Ayuntamiento impuso el desvío de un canal de riego que atravesaba una parcela de 12.000 metros cuadrados que la Junta de Compensación tuvo que ceder, gratuitamente, para instalar en ella el actual Instituto de Bachillerato «Nuevo San Blas», cuya construcción se adelantó en un año a las obras de nuestro Colegio.

Así, pues, a finales de 1982 quedó perfectamente delimitado el espacio, formando un recinto cerrado y claramente identificable por su valla y una línea de 4.000 cipreses plantados para el caso.

 

VENTA DE MOLA, 5

 

El primer documento que trata este asunto tiene fecha 7 de Mayo de 1976. En él se refleja el interés de una sociedad española por la adquisición del inmueble. Durante los 10 años transcurridos entre mayo 76 y el 11 de febrero.

   En el transcurso de los diez años antedichos se fueron realizando, asimismo, una serie de gestiones tendentes a efectuar con toda garantía para las familias alicantinas y para la propia Institución de los Hermanos Maristas, el traslado del Colegio a su nueva sede.

 

   De forma sucinta ponemos las más significativas:

- Autorización con rescripto especial de la Santa Sede y por el Consejo General Marista de Roma, para proceder a la venta de Mola, 5, fechadas el 7 y 8 de marzo de 1977, respectivamente, en Roma

- Encargo a Don Angel Fernández Fernández, Arquitecto alicantino, de redactar el proyecto de un nuevo Colegio Marista en Alicante, después de haberse realizado un concurso restringido entre tres arquitectos Antiguos Alumnos Maristas.

- El visado y aprobación inicial por el Colegio de Arquitectos de Alicante lleva fecha 8 de abril de 1981.

- Aprobación del Consejo General Marista, a petición del Consejo Provincial Marista de Levante, para la construcción de un nuevo Colegio en el Polígono de San Blas, con fecha 27 junio de 1981.

- Solicitud de Licencia de Obras al Excmo. Ayuntamiento de Alicante, el 30 de octubre de 1981, y aprobación de su concesión el 12 de marzo de 1982 para que «puedan construir, en el Polígono de San Blas, un conjunto escolar y deportivo, compuesto de: un cuerpo docente de 32 unidades de EGB, 9 de BUP y 5 de COU, pabellón deportivo, edificio comedor-cocina, residencia de Hermanos, Capilla, vivienda de conserje, centro de transformación, campo de fútbol con pistas de atletismo, 13 pistas polideportivas, piscina, aparcamientos, accesos a zonas ajardinadas en general. Expediente de «Declaración de interés social» para las obras proyectadas.

- El Real Decreto 1610182, de 28 de mayo de 1982, declara a todos los efectos de «interés social preferente» las obras citadas del Colegio Sagrado Corazón en San Blas. De hecho, sin embargo, esta declaración no surtió efecto alguno, a causa de la política general del gobierno socialista, en aquellos momentos recién implantado en nuestro estado, concretada en este caso en intereses del Banco Hipotecario para préstamos a Colegios privados del 16,50%, que, como es obvio, hacían y hacen inviable la aceptación de préstamos semejantes.

- Expediente de clasificación autorizando ampliación de unidades escolares y cambio de domicilio a nuevas instalaciones, que fue aprobado por Orden de 21 de enero de 1986.

EL NUEVO COLEGIO

   Ocho empresas españolas de primer rango en la construcción habían presentado en mayo de 1983 sus ofertas para la construcción del nuevo Colegio Marista.

   El 6 de junio de dicho año, fiesta del Beato Marcelino Champagnat, el Consejo Provincial de los HH Maristas de Levante adjudicó la obra a la empresa «Estructuras y Cimientos Insulares, S.A. - E.C.I.S.A.», cuyo presidente era D. Manuel Peláez Castillo, padre de tres alumnos del Colegio en aquella época.

   El contrato con E.C.I.S.A. se suscribió definitivamente el 26 de diciembre de 1983. Comenzaron las obras en los primeros días de 1984. A buen ritmo van surgiendo esbeltos pilares de hormigón armado y en mayo ya se adivinaba una robusta estructura de los varios cuerpos de edificio. Con una paella que reunió a Directivos, técnicos y operarios con los Hermanos de la Comunidad Marista, se celebró, el 6 de junio de 1984, la buena marcha de la obra, siempre bajo los auspicios del Beato Marcelino, en el día de su fiesta. Prosiguen con normalidad y relativa celeridad las obras. El 7 de enero de 1985 queda adjudicada definitivamente toda la obra de albañilería y acabados a E.C.I.S.A, y se señala el plazo hasta 31 julio de 1985 para la finalización y entrega de la misma.

   Hay que reseñar que, además de ECISA y coordinadas por ella, colaboraron magníficamente en la obra una serie de empresas de servicios contratados directamente por los Hermanos Maristas. Las más destacadas son: Escofet de Barcelona, Hermanos Blasco, Aluminio Alicante, Berenguer Hermanos, Knappen, Cridesa, SATTA, Codina y Llorca de Alicante y EGSON y ZANUSSI de Madrid.

 

 

ADIÓS A MOLA, 5

   El 22 de septiembre de 1985 quedó totalmente desalojado el edificio de Gral Mola 5. Y con la recepción de los alumnos de EGB el 18, y los de BUP y COU el 19 del mismo mes de septiembre en la nueva sede del polígono de San Blas, el 20 se iniciaba la actividad educativa marista y nos despedimos definitivamente del entrañable lugar de Mola, 5.

   A primeros de octubre de 1985 comienza la demolición. La Comunidad de los Hermanos trasladó definitivamente su residencia el mismo 22. No obstante, aún proseguirán algunas obras durante bastante tiempo. Se encontraban en plena ejecución la estructura del Polideportivo, los vestuarios, aseos y duchas para el deporte y las actividades de educación física. Cuatro años más tarde, el 19 de mayo de 1990, se Inauguraba el Pabellón polideportivo MARISTAS en solemne ocasión por coincidir en tal día el 2º Centenario del nacimiento del Beato Marcelino Champagnat, Fundador de los Hermanos Maristas. Además de la pista cubierta se pusieron en servicio 6 nuevos vestuarios, un gimnasio y una sala de Judo perfectamente equipados.


   Volviendo al traslado e instalación, es digno de reseñarse el mimo con que todo cuanto de entrañable había en Mola fue transplantado y situado en San Blas para testimonio de que «la historia del Colegio se viera respetada y fuera patente a todos». Por ello, las vidrieras artísticas del Fundador, el ábside del Sagrado Corazón y el mosaico de "La Virgen de los Patios" que Gastón Castélló realizó por los años 56-57, el Vía Crucis, el Sagrario y Cruz de Altar, las «losetas» que las familias alicantinas donaron para la Capilla 36 años antes, así como las dos estatuas, en piedra, de la Virgen y del Fundador que labraron los hermanos Ibáñez y que ocupaban los laterales de la Capilla antigua, todo fue cuidadosamente recogido y ha quedado integrado en la nueva Capilla, en los patios y jardines actuales, como recuerdo entrañable y tributo agradecido a nuestros bienhechores y antepasados.

   En esta operación-traslado lo más espectacular y que supuso toda una jornada de trabajo, fue el traslado del ábside, pintado por Gastón Castelló, y transportado con su cúpula de 10 m. de diámetro por 4m. de altura en un trailer especial y escoltado por la policía Municipal, desde la Avda. del General Mola hasta la nueva Capilla en San Blas. Naturalmente, una vez colocada en su lugar, la cúpula hemiesférica, debidamente reforzada, hubo de ser restaurada por pintores especialistas.

 

ÚLTIMOS AÑOS

Entre los hechos memorables recordamos como hitos relevantes:

 

1º.- Con motivo del I CENTENARIO de la llegada a España de los HH Maristas, tuvo lugar la celebración del «Encuentro de la Familia Marista Española» los días 5, 6 y 7 de Junio de 1986. En dichos días se dieron cita en Alicante las más altas representaciones del Instituto Marista, de sus Centros Educativos esparcidos por España, de las Comunidades Maristas y de las Asociaciones Maristas de Padres y de Antiguos Alumnos, para celebrar a la vez, el Centenario de los Maristas en España y la inauguración oficial del Colegio, ya totalmente equipado y en funcionamiento.

 

2º.- El multitudinario y emotivo homenaje que el 31 de octubre de 1986 rindió la Familia Marista en la Catedral de la ciudad, San Nicolás, a los cuatro mártires del Zaire, Hermanos Servando, Miguel Ángel, Julio y Fernando.

 

 

3º.- La Acción de gracias oficial de la Provincia Marista de Levante, durante los días 26 y 27 del mes de mayo de 2000, por la gozosa y esperada Canonización de Marcelino Champagnat (el 18 de abril de 1999). En sus instalaciones se reunieron cientos de personas vinculadas a la Institución para clausurar, en un ambiente de alegría, el llamado "AÑO CHAMPAGNAT".

4º.- Cada curso escolar se celebra, llevamos 14, a finales del mes de octubre o primeros días de noviembre, una JORNADA PEDAGÓGICA, organizada por el Equipo de Educación Provincial y protagonizada por todos los profesores de los Colegios que conforman la Provincia Marista de Levante, casi trescientos, que en un ambiente de compañerismo y superación didáctica se reúnen en nuestro Centro.