¿Quiénes somos?

LOS HERMANOS MARISTAS

Somos una Congregación o Instituto Religioso laico fundado en Francia, el 2 de enero de 1817, por Marcelino José Benito Champagnat, sacerdote de la Sociedad de María. 

Marcelino, con 27 años, y recién ordenado sacerdote, fue destinado a La Valla, un pueblecito medio perdido entre los intrincados montes del Pilat, en la diócesis de Lyon.

Allí se dio cuenta del lamentable estado en que se encontraba la enseñanza y la formación religiosa de los niños y jóvenes, fruto de la Revolución Francesa y de la despreocupación familiar.

Acometió la labor de fundar un Instituto de Hermanos dedicados a la enseñanza y la educación cristiana de la juventud, especialmente la de los menos favorecidos por los medios sociales y económicos.

Les dió el nombre de «Hermanitos de María» y puso al Instituto bajo el amparo y protección de la Virgen María, a la que profesaba especial devoción y a quien, cariñosa y piadosamente, llamaba "la Buena Madre".

A su muerte, en 1840, la Congregación tenía unos 300 Hermanos y alrededor de 7.000 alumnos distribuidos entre las más de 50 casas con que ya contaba en aquella época. Actualmente somos unos 5.500 Hermanos, presentes en más de 70 países de todo el mundo.

Vivimos en comunidad y compartimos nuestra espiritualidad y nuestra labor apostólica con otros hombres y mujeres ilusionados por el reto de Marcelino Champagnat: la educación cristiana de la juventud, especialmente la más necesitada.

Siguiendo su lema tratamos de formar buenos cristianos y honrados ciudadanos. Consideramos a María, la Madre de Jesús, como nuestra madre y modelo, e intentamos seguir viviendo el carisma de Marcelino desarrollando nuestra labor educativa en la escuela o en cualquier otro lugar que la Iglesia nos confíe.

Nuestros objetivos y prioridades podrían resumirse en estos puntos:

  • La primacía del testimonio sobre las palabras en el anuncio de Jesucristo y de la Buena Noticia.
  • La necesidad de inculturar el mensaje evangélico y de inculturarnos nosotros mismos.
  • La solidaridad en la opción por los pobres y en la lucha por la justicia, manifestada en nuestras vidas y en nuestras comunidades, así como en nuestras obras apostólicas. compromiso con la Iglesia local, con todo el Pueblo de Dios, para construir la comunión en la solidaridad.
  • La importancia del laicado en la misión de la Iglesia y en nuestra misión de Hermanos Maristas. Hermanos y seglares participamos en la Misión de Jesús.
  • El valor de la educación cristiana, desde la escuela, con una atención decidida a los siguientes aspectos de Evangelización: el anuncio de Jesucristo, la educación en la solidaridad y en el compromiso, la transformación de la sociedad, la integración de la fe y la cultura, la prioridad de las acciones pastorales y la creación de espacios de fraternidad.

(XIX Capítulo General de los HH. Maristas)